Antonin Dvorák: Octava Sinfonía
Hilary Hahn interpreta Shostakovich

Bajo la precisa dirección de Mariss Jansons, la Orquesta Filarmónica de Berlín ofrece este programa centrado en la Sinfonía Nº 8 de Antonin Dvorák y el Concierto para violín N° 1 de Dmitri Shostakovich, con la participación solista de la virtuosa estadounidense Hilary Hahn. Dueña de una técnica perfecta y una presencia escénica notable, Hahn es una de las grandes violinistas de nuestro tiempo. La obra que interpreta, escrita por Shostakovich a principios de la década de 1950, permaneció inédita durante varios años, pues el régimen soviético había condenado al compositor por sus "desviaciones formalistas", quitándole todos sus privilegios. Para revertir esta incómoda posición, Shostakovich se abocó a componer en público trabajos oficiales anodinos, acordes a lo exigido por el politburó soviético, a la vez que trabajaba en obras de mayor aliento "para el cajón del escritorio", entre las cuales se cuenta este concierto.

El programa, particularmente enérgico e intenso, que se inicia con la encantadora Obertura de Oberón, de Carl Maria von Weber, se completa con la Octava Sinfonía de Dvorák, compuesta en 1889 en una estancia cercana a Praga que el compositor había adquirido poco tiempo antes. Allí Dvorák pasaba los veranos, entregado a la cría de palomas, que era una de sus grandes aficiones, y por supuesto a la composición. Aunque esta sinfonía no es tan popular como la famosa Novena, en ella resulta notorio todo el apego del músico por los colores de la tradición bohemia y muestra en plenitud toda su capacidad compositiva. Un concierto para rememorar, llevado a cabo en el Suntory Hall de Tokyo.

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