Piotr Illich Tchaikovsky: El Cascanueces
Teatro Mariinsky / Valery Gergiev

Tras el éxito del ballet La bella durmiente (1890), el Teatro Imperial ruso le encargó a Tchaikovsky la composición de un nuevo trabajo, para lo cual volvió a unir fuerzas con Marius Petipa, quien eligió como tema la adaptación escrita por Alejandro Dumas del cuento "El cascanueces y el rey de los ratones" de E.T.A. Hoffmann, aunque​ la trama del cuento aparece muy simplificada y suele variar de un montaje a otro.

La obra empieza con una obertura que recrea el ambiente de un cuento de hadas. Vemos una casa en vísperas de la Navidad, donde Clara, su hermano Fritz y sus padres preparan todo para la fiesta de la noche. Cuando el reloj da las ocho, un misterioso personaje entra en la habitación: es Drosselmeyer, padrino de Clara, un talentoso fabricante de juguetes que ha traído regalos para los niños. Clara recibe su juguete: un cascanueces con la forma de un soldado en formación. Al llegar la medianoche, ya con todos durmiendo, Clara ve que su ventana está abierta. De pronto, unos ratones invaden la sala y el cascanueces cobra vida, librándose una batalla entre un ejército de soldados y los ratones. Luego el cascanueces se transforma en un príncipe que viajará junto con Clara hasta un nevado bosque de pinos y luego al reino de los dulces, para despertar finalmente bajo el árbol navideño, junto a su cascanueces de madera.

El ballet se estrenó en 1892, coreografiado por Lev Ivánov, en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. Desde entonces el ballet se ha convertido en uno de los más populares, siendo representado en especial en Navidad. Aquí el Teatro Mariinski presenta la coreografía de Vasily Vainonen, en una gran producción bajo la dirección musical de Valery Gergiev.

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