Marta Lambertini
Alice Through the Looking-Glass

Basado en el personaje de literatura victoriana creado por Lewis Carroll, Alice es un ser con el cual nos podemos identificar, porque tal como le sucede a ella, también nosotros solemos encontramos inmersos en un mundo absurdo, a veces identificable con situaciones oníricas de las cuales es difícil escapar. Alice lo logra despertándose, pero no sin antes haber pasado por situaciones divertidas o dramáticas, pobladas por personajes rarísimos, en muchos casos provenientes de las canciones o los relatos tradicionales propios de los niños victorianos.

Esta fantasía lírica, con textos en inglés, prácticamente una obra de teatro musical, se circunscribe a diez intérpretes: ocho cantantes solistas y un dúo instrumental integrado por flauta y guitarra. A partir de este ensamble se implementan los demás factores de la escena: la acción y composición física de los protagonistas, así como también el ámbito y su atmósfera. El concepto de este relato es que predomine el conjunto vocal e instrumental que narra la historia, desdoblándose de manera grupal o individual para caracterizar los personajes, compuestos por una o varias voces y por uno o varios cuerpos en la acción.

Marta Lambertini (1937-2019) ya había incursionado en el mundo de la literatura de Lewis Carroll cuando en 1987 estrenó su ópera Alice in Wonderland, con un notable éxito, al punto de convertirse en una de las tres óperas argentinas más representadas. Esta nueva producción, que de alguna manera constituye el legado final de la compositora argentina, se inspira en el segundo libro que Carroll dedicó a su amiga Alice Liddell, y fue creada a partir de un pedido del flautista Sebastián Tellado para el Ensamble Nonsense.

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